SOLOTEATRO.CL: UN CASO ESTUDIO Y TRES AÑOS DE GESTIÓN.

Diseño Joaquín Cociña

En Chile son muchos los individuos, agrupaciones y colectivos de artistas que emprenden proyectos y asociaciones de índole cultural; sin embargo, a pesar de que bastantes de ellos logran desarrollarse, en su mayoría estas iniciativas gozan de un corto ciclo de vida organizacional y rápidamente desaparecen para luego volver a rearmarse en pos de un nuevo proyecto artístico. Si bien en su mayoría estas agrupaciones logran cumplir objetivos de corto plazo (asociados a algún proyecto específico), las razones por las cuales terminan por disolverse apelan a su carencia de gestión, premura o falta de toma de decisiones, poca claridad en su misión u objetivo, o por último, incapacidad de lograr generar una retribución económica que permita su sustentabilidad a lo largo del tiempo.  Son pocas las iniciativas que prosperan y logran posicionarse en un medio que, muchas veces, no facilita la asociatividad y que, muy por el contrario, carece de orientación para sus agentes y creadores.

Los motivos por los que no existe un alto porcentaje de éxito en estas empresas culturales – o instancias de asociatividad – son diversos. Van desde las deficiencias en el área de formación o práctica profesional de quienes lideran estas iniciativas – muchos de ellos artistas sin conocimientos en administración o gestión – hasta los escasos incentivos civiles y gubernamentales para mantener una agrupación viva a lo largo del tiempo. Un reflejo claro de este último punto tiene relación con la forma que han adoptado nuestros fondos concursables en el área gubernamental, en donde tanto personas naturales e individuales, organizaciones sin fines de lucro y empresas totalmente comerciales compiten no sólo por las mismas líneas de financiamiento, sino también por los mismos montos (aún sabiendo que las organizaciones requieren por naturaleza incorporar gastos de diversos tipos), asumiendo las mismas responsabilidades y atribuciones. Si algunas compañías teatrales o agrupaciones artísticas – salvo que decidan aventurarse en la captación del financiamiento privado – deciden mantenerse unidas a lo largo del tiempo, esto se debe principalmente a motivos o premisas artísticas, visiones del arte y proyectos en común. Pero, una vez que una agrupación ha decidido permanecer junta y aventurarse en un proyecto común a largo plazo, ¿cuáles son los pasos a seguir y cómo se debe afrontar un desarrollo exitoso de gestión? La respuesta a esta interrogante es variable, y depende no sólo del tipo de proyecto que se quiera desarrollar, sino además de otros factores tales como territorialidad, financiamiento, capacidad y competencia organizacional, etc. Sin embargo, utilizaré un referente concreto para elaborar un caso estudio que me parece pertinente desde diferentes puntos de vista.

Aprovechando que el proyecto www.soloteatro.cl cumple tres años de vida, podemos tomar distancia y revisar cuáles han sido sus planteamiento de gestión, pero también cuáles son los desafíos que una iniciativa como ésta puede tener a futuro. El análisis de una agrupación como Soloteatro parece pertinente para esta reflexión no sólo porque es un proyecto al que pertenezco desde su génesis, sino también porque es, en su esencia, una agrupación pequeña, de personas naturales con poca experiencia en el ámbito de empresas culturales y muy similar a cómo son muchas iniciativas de individuos o compañías artísticas. En general, diversos artículos sobre gestión analizan planes estratégicos que implican importantes organizaciones y grandes proyectos de infraestructura, cuya realidad organizacional no se asemeja  o condice con lo que podría ser una pequeña compañía de teatro o un proyecto de menores dimensiones (y por ende menor presupuesto). Es por esto que, en menor escala y aún con todas las deficiencias que quedan por sortear, Soloteatro es un proyecto que ha sabido desarrollarse de forma exitosa, siendo un modelo para otras iniciativas similares.

La idea de una cartelera online surge a partir de la detección de ciertas necesidades en una determinada comunidad y la intención o el deseo de cubrirlas. Muchas veces, con antelación a cualquier proyecto, es necesario hacer algún tipo de investigación o sondeo con el fin de, primero, cerciorar que nuestra iniciativa no esté siendo cubierta por otra organización y, segundo, fundamentar con datos relevantes la necesidad y/o pertinencia de nuestra existencia. En el caso de Soloteatro.cl existen dos importantes estudios que dan pie al surgimiento de esta iniciativa. Uno de ellos es una tesis de grado inspirada en la búsqueda creativa de nuevas formas de difusión teatral como las sinopsis audiovisuales, y otra, un proyecto de investigación sobre las subdivisiones de género y cómo éstos pueden aportar a la claridad de difusión e influenciar el proceso de toma de decisión al momento de asistir al teatro. Una vez que se tiene suficiente información a modo de antecedente, la agrupación comienza a tomar forma.

En un comienzo, tanto para Soloteatro como para cualquier iniciativa cultural, es necesario establecer una misión clara y definida que acompañe los objetivos y otorgue delineamientos básicos. La importancia de esta misión es crucial al momento de consolidar un trabajo a largo plazo, ya que ésta persistirá en el tiempo aún cuando se vayan cumpliendo los plazos de proyectos específicos. La misión no sólo clarificará nuestras metas, sino que también permitirá establecer una identidad propia, la cual será al mismo tiempo coherente con el plan de desarrollo y la capacidad organizacional y presupuestaria. Es importante que la misión, además de reflejar los intereses del grupo, posea una doble función: ser lo suficientemente general como para abarcar diversas áreas y programas que puedan incorporarse al proyecto, y al mismo tiempo, lo suficientemente específica como para entregarle una unicidad y particularidad al proyecto en cuestión. En el caso de Soloteatro.cl, su misión original se ha basado en “ser una cartelera teatral online que contribuya al fomento y la difusión de la oferta teatral de la Región Metropolitana, mediante una cartelera especializada y sinopsis audiovisuales que colaboren con la sensibilización y la formación de nuevas audiencias”.

Un paso relevante, una vez que se ha constituido la misión, es conformar un equipo capaz de sustentarla y contribuir a su desarrollo. En el caso particular de pequeñas agrupaciones, la conformación de este equipo posee ventajas y desventajas. Entre las desventajas encontramos que los equipos que lideran y llevan adelante los proyectos están constituidos por personas que no son profesionales en el área que desarrollan, ya que se establecen a partir de grupos de amigos afines, lo que resulta en sean los mismos artistas quienes van aprendiendo el oficio de la gestión mediante ensayo y error. La mayor problemática quizás no sea la falta de formación profesional, sino que bajo esta premisa la cultura organizacional que se establece suele ser demasiado informal y no coopera con estructuras de trabajo eficientes o procesos claros al momento de efectuar la toma de decisiones, lo que es contraproducente para el proyecto en sí. Lo positivo es que todos los constituyentes del grupo pertenecen a él porque creen firmemente en sus objetivos, lo que contribuye a establecer un dinamismo en el trabajo. En Soloteatro.cl, la conformación del equipo se condice con estas características- en su génesis un grupo de actores -, sólo que a medida que el proyecto y sus responsabilidades fueron creciendo, se incorporaron profesionales adecuados y sus integrantes originales se vieron en la necesidad de obtener una capacitación más idónea en su área respectiva. La maduración de un proyecto incluye también el crecimiento de los profesionales que lo sostienen, ya que es imprescindible visualizar que las organizaciones son también las personas que la conforman.

Una tercera etapa en Soloteatro.cl tuvo relación con el posicionamiento del nombre, la fidelización de un cierto número de usuarios y el desarrollo de una imagen. Esto es vital ya que establecer la confianza tanto de los teatros y compañías, como del público en general sería la clave del éxito del proyecto. Es sumamente importante entender que es necesario prestar un servicio que constituya principalmente una experiencia y que la relación que se establece con el público debe ser alimentada todo el tiempo. Cualquier error comunicacional puede ser vital para cualquier organización. En el caso de pequeñas agrupaciones como Soloteatro, la clave de una construcción de imagen eficaz estaba en el trabajo en red y los vínculos estratégicos que se pudieran generar con organizaciones de mayor envergadura tales como Sidarte o el Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes.

Pero no podemos hablar de gestión sin referirnos al modelo de financiamiento que la agrupación pretende establecer. Como muchos principiantes, la primera alternativa que surge es recurrir a los Fondos de Cultura para buscar el financiamiento estatal. Efectivamente, en una primera etapa Soloteatro gozó de un primer incentivo económico que le permitió costear una nuevo diseño, equipos y gastos operacionales. Lamentablemente, al igual que muchas otras iniciativas, obtener un fondo concursable no asegura la sustentabilidad del proyecto a largo plazo y, por lo mismo, luego empieza la dificultad de establecer un modelo de financiamiento que incluya otros ingresos tales como incentivos privados o un estrategias de negocio que permitan la generación de ingresos propios. Esto es difícil cuando los proyectos pretenden establecer la gratuidad en sus servicios, y más aún cuando no se cuenta con una situación jurídica que permita dialogar con el mundo empresarial. Sin duda alguna, no es fácil entender los procedimientos que se requieren para constituirse como una organización con o sin fines de lucro y es por esto que muchas organizaciones no son capaces de generar un crecimiento en términos de gestión comercial. Es en esta etapa en donde el proyecto de Soloteatro se encuentra en estos momentos, vislumbrando las posibilidades de constituirse en alguna personería (natural o jurídica) que contribuya con su misión y, al mismo tiempo, con una mayor efectividad en su crecimiento.

Podemos decir entonces, y a modo de conclusión, que uno de los mayores problemas a los que se enfrentan las pequeñas organizaciones culturales tienen que ver con su desbalance en tres términos vitales: misión, capacidad organizacional y capacidad financiera. La mayoría de las veces son organizaciones centradas en una misión particular muy desarrollada, en donde incluso sus integrantes son capaces de trabajar de forma voluntaria sin entender que el éxito en la gestión no sólo incluye el cumplimiento de los objetivos y valores, sino también el desarrollo armónico de todos los elementos de una institución. Una organización preocupada solamente de su misión es una organización agonizante donde tarde o temprano se estancará por la falta de otros recursos. En este sentido, uno de los mayores desafíos futuros de Soloteatro.cl consiste en comprender que el crecimiento debe ir en líneas paralelas donde no se podrá crecer en términos programáticos si no existe una  mayor capacidad organizacional (recursos humanos, de infraestructura y equipamiento) y de financiamiento.

Otro de los desafíos tiene que ver con la reformulación de la misión. Esto no es novedad si pensamos que las organizaciones son dinámicas y cambiantes a lo largo del tiempo. Lo que pareció prioritario en un momento se va resolviendo y va dando paso a nuevos desafíos con la misma visión. Es por esto que las misiones deben reformularse. Por ejemplo, hace bastante tiempo que Soloteatro persigue una expansión hacia otras regiones del país, cooperando así con la descentralización de la cultura. Sin embargo, como hablábamos con anterioridad, su misión (pertinente a la Región Metropolitana) debe ser entonces reformulada con el fin de abarcar nuevos proyectos futuros.

Finalmente, soy una convencida de que existe un ámbito en el cual es necesario trabajar de manera urgente. Éste tiene que ver con redefinir a quienes está sirviendo realmente el proyecto y cómo se está estableciendo una medición en términos de impacto. En sus tres años de vida Soloteatro ha establecido no sólo una completa cartelera sino que además un registro importante de la actividad teatral de Santiago. Esto nos ha hecho merecedores del respeto y la confianza de teatros, periodistas, actores y compañías, quienes conforman la comunidad teatral donde Soloteatro es ampliamente reconocido y valorado. Esta comunidad ve que dicho proyecto cubre parte de sus necesidades (incluso estableciendo un catastro de compañías teatrales); sin embargo, Soloteatro no está solamente dirigido a ellos sino también a usuarios que muchas veces desconocen el aporte que este proyecto les genera en cuanto a entrega de información. Incluso, aún suponiendo que contamos con un gran número de usuarios, no se ha establecido una forma de medición ni de segmentación de mercado. El gran error ha sido la falta de interacción con nuestros visitantes y la forma de establecer un mecanismo de escucha.

Si no se conoce al público al cual uno se dirige y pretende servir, no se puede avanzar en estrategias de marketing ni en evaluación en cuanto a programación o servicios. En el caso de Soloteatro, el soporte virtual permite conocer a los usuarios en términos cuantitativos, y no cualitativos. La carencia de la identificación de nuestros usuarios nos genera dos problemáticas: desconocer si efectivamente estamos contribuyendo a la sensibilización y formación de nuevas audiencias (ya que el número de visitas al sitio no necesariamente tiene relación con el número de asistentes al teatro) e ignorar si estamos sirviendo a esta “otra” comunidad definida como público general.

Lamentablemente, al no conocer el valor agregado que nuestro servicio tiene para nuestros usuarios, nos es imposible generar tanto estrategias de segmentación de mercado como productos comercializables para la supervivencia del sitio. Nuevas iniciativas que solucionen estas problemáticas requerirán identificar una base de datos de usuario y establecer estrategias de seguimiento. Es por esto que, luego de tres años iniciales, el próximo ciclo de gestión de soloteatro.cl requerirá un trabajo que aproveche las ventajas del mundo virtual para conocer a quienes están del otro lado de la pantalla y llevarlos, necesariamente, al otro lado del escenario.

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